MUNDOS PEQUEÑITOS

Para el hombre de las cartas y los sobres con estampillas. Para lo que nos permite aún estar aquí.

Hay quien me dice que en mi vida pasan cosas extrañas y raras. Alguna vez me sentí así.
Hoy sé que sólo es que me atrevía a ser un poco más aventurada... Pero un día me detuve y ya no supe para dónde hacerme.
Descubrí que los inmensos dolores nos hacen detener el paso para que con ojos de luz, risas batientes y pasos firmes, vuelva uno a la marcha.
Yo no quiero revivir pasados, sino vivir presentes y disfrutar futuros. Hoy estoy haciéndome a esa idea.
Mi vida es una cajita de sorpresas. Me han llenado de sustos y de corajes, de injusticia y de rabia. Pero también de posibilidades inmensas, de viajes soñados, de amistades puestas a prueba; de entereza y amor.
Hoy la magia se recupera y sale de su sombrerito pero ya no salen conejos, sino realidades. Y a mi, ahora, me gusta vivirlas.
La distancia sólo nos pone barreras de hielo. Un día se deshace y ya podemos pasar.
Así que, como me dijera ese italo-argentino: " para avanzar, a veces hay que retroceder"; y sí, la sabiduría de sus 41, tocan hoy mi alma.
Bienvenido a saber de qué se tratan hoy mis días, querido Angelus Porteño.