Sepa la bola quien o quienes nos enseñaron cómo distinguir a un buen candidato de uno que no lo es. Serán los cuentos que nunca me leyeron o las novelitas de lágrimas y risas que abundaron un buen rato mi casa, o las novelas que mi mamá casi nunca veía e incluso, ahora me acuerdo, esa serie netamente para niñas, llamada Candy Candy; lo que formó mi idea acerca de un hombre para enamorarme.
Desde esa idea de la secundaria en la que nos preguntaban en los chismógrafos, ¿cuál es tu hombre ideal?, y respondiamos algo así como: "alto, guapo, delgado, con bonitas manos; buena onda, inteligente, cariñoso, tierno, que sepa bailar, que me cargué mi mochila, que me llame por teléfono, que se acuerde de mi cumpleaños, detallista, que sea divertido...." Uta! Vaya petición!
Y así se llega al que tiene que ser diferente a todos, al que alcance sus metas en dos patadas, en el que tu mamá piensa que es un buen chico para ti; en las críticas y en la presión de tus amigas, hermanas, tías, compañeras de uni y las cuarenta mujeres con las que tienes una amistad o parentesco y que nunca alcanzas a cubrir lo que significa para ellas "un buen tipo".
Y mando al diablo todo esto y entonces comienza la verdadera lucha. La que me di a mi misma y en la que entró mi revolución interna.
Y te preguntas y te respondes y entras en duda porque entonces, ya eres una soberbia o no, ya eres una exigente, no, mejor no, ya eres una arribista...o una racista o una creída o una mam...o te sientes más o te piensas menos...Y corría de un lado a otro buscando ser todo lo bueno y quitarme, aunque sea con cuter y a pesar de que me lastimará, todo lo que signficaba "malo u oscuro".
Pero no alcancé nunca a cumplir con lo que los demás querían...No me daba cuenta que ya era una meta inútil y estúpida y aún así, la debía cumplir. Si me preguntas si esto ha terminado, diré que no. Que aún es fuerte lo que digan de mi o lo que opinen. Ya no me caigo con ello pero aún el que no cumpla yo con aquello que esperan, me pone en desbalance...
Y entonces, me pongo a pensar: quién dice que te tienes que enamorar de alguien profesionista porque tú lo eres? O que deba ser soltero? O que vaya de la mano con lo que te gusta? O que haya metas en común? Por qué no de alguien 10 ó 15 años más joven o más viejo que tú? O que, por fin, tu amigo de toda la vida, se vuelva tu novio porque sólo es que se están haciendo tontos y no han probado lo que podría pasar? Y que no te importará tanto si la amistad se estropea? O que tu maestro te diga que va una noche loca, que si te avientas? Y dijeras, pues sí, va! O que ya vieras a ese buen amigo como una real posibilidad porque no sabes pero podría ser que te enamores sin querer del que nunca has querido ver con esa querencia que te gustaría tener!
El viernes decía que lo que más quiero y temo es enamorarme...Creo que no es eso, sino el miedo de decir y pensar en lugar de sentir y dejarme llevar. Alguien por ahí me hizo ver que con prejuicios voy por mi vida y es verdad. Creo que no soy la única pero lo digo para no sentirme mal. Auch!
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