Me siento orgullosa de mi. Porque puedo aprender rápido y con menos dolor del que antes lo hacia.
Hoy me vuelvo a vestir para mi vida. Con mi ropa limpia y mi cabello así, al natural.
Uno nunca sabe donde puede estar mejor pero sí debe saber que con uno mismo, siempre se está acompañado. Uno es su maestro y su guía. Porque quién es fuerte para si mismo, lo es para toda la vida aunque retumben las paredes.
Es rico esto de vivir, disfrutar con el alma y ponerse al sol con toda la piel; y luego, sí vienen las cosas negativas, andale, pues llorar y dejar que saladitas lagrimitas den una capita más fuerte a nuestra alma.
Y luego vienen personas sabias y nos abren los ojos. Wow, y entonces, ahí viene Dios y la fortuna y la montaña y la energía y la luz... Y puedo saber que la tranquilidad me ronda pero no la hecho caso. Entonces la saludo con gran sonrisa y la llevo en mi camino de vuelta en casa.
Y aprendo que superar las cosas es un asunto de todos los días. Y que debo confiar en mi y en lo que quiero de la vida y en ella.
Sino hay la capacidad, no es un asunto que yo pueda resolver. Sino se queda, será por algo que no debe hacerme sentir ni menos ni más. Y que esto ni es un rechazo ni es un fracaso.
Es una oportunidad de crecer. De ir con paso más seguro. Y que aquí no se acaba nada... Incluso, se me da un empujón pa ir con más fuerza.
Gracias por la capacidad de ser y de hacer un mejor ser humano para mi mismo.
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