

Me decidí ir al zócalo a tomarme la foto con ese neoyorkino vestido de negro el viernes después de ver una entrevista a un maestro de la UNAM y explicar el sentido de este suceso.
Nunca he sido espantada y quisé hacerlo por el hecho de liberarme de prejuicios, por el desmadre, por el arte, por ser parte de eso que dicen " es un hecho único en México", porque creo en la libertad de la mente y del cuerpo, por aventurera, por ser persona plena y siempre en búsqueda, por a ver que se siente...uff! Por querer ser yo, chingá!
Y allá voy yo solita y mi cochecito rojo desmañanado que me decía con su motorcito: che Pilarika, ya ni la jodes! Llegas a la 1:30 y me levantas a las 4:00!!! Pero ya una vez que entramos a Av. Juárez, sopas! Eso parecía sábado al mediodía!!! WOW!!!! MARAVILLOSO....
Y allá voy y me formo y encuentro ánimo, entusiasmo, expectativa, nervio, chiste y motivos como estar vivos, como divertirnos como disfrutar, como... Y nos hicimos amigos de una señora de 50 que estuvo enfermita, de una chica con ganas de hacerse presente, de una chiquilla con carita de ratón y de un Omar Quiensabequé que era podólogo, por supuesto, mi superamigo Rafiux!
Y hasta la esquina de 16 de septiembre nos mandaron por "huevones", como nos decían a los que llegaron como a las 2 de la mañana, pero contentos todos, eso que ni qué.
Fue un momento realmente extraño cuando comenzaron las indicaciones y todos nos amontonamos. No había ni 10 centímetros entre uno y otro y ahí de a poco a poco llegó la indicación de que nos encuéraramos! ¡Sopas! Las chicas nos reíamos nerviosas y Rafita y yo con cara de: Vas vieja!!!! Pues vas! Y en menos de 2 minutos ya estaba yo con un montón de frío y con mis cueritos al aire...A caminar hasta ubicar mi metro cuadrado en la plancha del zócalo.
Nos tocó cerca a la entrada del metro. Que buen ambiente y que chida gente nos tocó alrededor.
Y ahí mi cuerpo cambió...Mi cuerpo se tornó más aceptado y más mío. Su libertad se afianzó y se contempló con más alegría y con más vitalidad...
Despertó en muchos sentidos y se llenó de luz. Fue un momento de energía y de gran alegría, neta.
Y así, con esa viveza en mis ojos, posé de pie, acostada, con la mano en el corazón y en posición fetal..Quesque pa la foto femenina pero me fui al ver que no había ya ninguna cámara...Ahí sí sentí la lujuria pero si me tocaron, sólo fue con la mirada y como mi cuerpo es mío, no me hicieron daño.
Me compré mi playera de Yo estuve en el zócalo y caminé más gozosa..Más yo. Agradeciendo a la vida por mi cuerpo completo, por el espirítu que lo acompaña y porque ahora tengo arte en mi cadera, en mi cuello, en mi espalda; en mis pies y en mi alma.


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