EL DEBER SER Y EL QUERER SER

Para mis amigos en crisis de los treintas. Gorelord y Lorenz.

Para OCC.

Para mi misma aunque se oiga egoísta.

¿Ustedes qué quieren ser? ¿Y qué quieren hacer?

¿Quién hace realmente lo que quiere? ¿No todos terminamos haciendo lo que debemos hacer?

¿Por qué no sólo somos y ya?

Leo esto:

La educación se centra en el deber ser, que se orienta al que debes hacer, al que debes pensar y no como pensar, la educación no educa en ser, porque los que educan no saben que es Ser. Sin embargo las personas no pueden realizarse haciendo lo que deben, solo pueden lograr su realización haciendo lo que son.

Y entonces, nunca vamos a hacer lo que queremos porque eso sería como ignorar la educación bajo la cual nos formamos.

A ver, pongamos ejemplos. Si yo hiciera lo que quisiera, sin pensar en consecuencias ni en los demás...

Le mentaría la madre a mi jefa y la sacaría a patadas de esa oficina donde se la pasa chismeando!

No le pagaría al banco y me llevaría a mi Pan de vacaciones unos 15 días.

Dejaría salir mis Te quiero cuando los sienta, sin detenerme con mis "aún no es tiempo".

Me iría a Zipolite a sentir de nueva cuenta el mar con mi cuerpo al aire libre!

Me dedicaría a la locución y a escribir.

Me echaría un bañito de tina por horas...

Ah, bailaría todos los ches días!

Me dormiría a la una de la tarde y me despertaría a las cuatro!

Iría al cine dos veces a la semana.

Compraría más libros y los leería a todas horas.

Caminaría en el pasto sin zapatos y regresaría a trabajar.

Ya le diría que sí a...

Abrazaría más a mi papá pero sin culpa.

Cedería más.

Probaría a que sabe ese cuerpecito...

Pero, fijense, pensé en todas estas querencias y se me atravesaron cuarenta "peros", ochenta y siete "no, mejor eso no"... Sí les digo que no es fácil soltarse de las culpas y de los debería! Nos antepone una feroz lucha entre aquello que nos indican los impulsos y que no hacemos por no hacer sentir mal a otras personas. Si hacemos lo que queremos, hacemos daño a los que están a nuestro alrededor. Y entonces, si hago lo que quiero, soy una egoísta, sólo pienso en mí!!!! A veces es para volverse loco, ¿no creen?

¿Para quién somos fieles? ¿ Para nosotros mismos o para otra persona? Yo considero que ser congruente es lo más fiel que alguien puede darse a su propio ser. Si pienso sólo en mí sin medir consecuencias, puede dejarme solo. Ese es el precio. Por eso no hacemos lo que se nos antoje. Porque tememos. Tememos al futuro, a lo que pudiera pasar, a que pase el tiempo y ya no estemos a gusto, a atravernos, a si ya no regresa, a si se muere...Auch! Al dolor, a la vida, a Dios.

¿Quién quiso que fuéramos libres? ¿Acaso no es suficiente aprender a vivir por el solo hecho de vivir?

Ayer, mientras esperaba a un amigo para charlar y tomar café, me puse a escuchar canciones nuevas, de cantantes que ni había oído nunca. Fue maravilloso deleitarme con algunos de ellos. Relajarme, olvidarme incluso de que estaba yo esperando. Fue dejarme ser libre. Eso es algo que quise hacer en lugar de sentarme a la mesa y estar checando el celular. Pero, ¿saben? Me daba pena ponerme los audífonos onda Jacobo y estar apachurrando un aparato que no sabía cómo se manejaba...Mi deber ser decía: "espera en la mesa". Mi querer ser: nel, escucha esa música riquita!!!! Ganó el querer.

Hoy voy a pagarle al banco. Ni modo, ganó el deber ser!