Hoy vi la felicidad ajena y no pude dejar de sentir envidia aunque no debiera...
Hoy me doy cuenta que nuestro dolor es la actitud que nos hace guardarnos o abrirnos a otras personas. Hoy lo que vivo es que cada quien está en lo suyo y no se puede culpar de ello a nadie...Pero, en efecto, me duele y me sorprende que nuestros oídos ya no estén en sintonía.
Que me cargo culpas de tiempos que ya ni siquiera son míos. ¿Alejarme es la solución?
Me voy triste y también culposa...
Que difícil tarea ser uno mismo y no morir en el intento... Que gran necesidad de ser escuchada como antes... Ese ser ya no hablará más conmigo...
Que me quede claro ahora que mi vida es mi total y absoluta responsabilidad....
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