Me escapé unos días pero me encontré... Me agarré del pescuezo y me lo retorcí... Aún me duele y hasta tos me dio... Aún me dura y no hay remedio que me la haya podido quitar... Dice mi amiga Anita que la tos cumple un ciclo y sola se va... Se me hace como si se hiciera magia con esto...
También me fui un poco de todos. Cosas extrañas le pasan a uno cuando no toma decisiones. Voy dándome cuenta que después de los 35, tengo más miedos que cuando tenía menos edad. Hablaba el otro día conmigo y me dije, con la confianza que me tengo, que había que recuperar la fe, volver a creer que, primero, se puede y luego se quiere, y con ello, le da a uno margen la vida como para afianzar resultados o acercarse a los sueños. Luego, que hay cambios que no son notables a nadie más que a uno y que nada es definitivo. En la vida, como cuando sufro con el mar, yo no me he dejado llevar por lo que la vida color de azul y mareas bravas me han venido presentando. Yo digo que estoy hecha de lejanías y de falta de crecimiento.
Ya estaba cansada. Y mi espalda ahora carga asuntos que deberían ser mucho más ligeros. ¿Por qué hay gente que se toma las cosas como vienen y no como podrían venir o vinieron? Yo en algún momento tendré que reírme un poco más, mentar muchísississisismas más madres de lo que lo hago ahora y no ahogarme en vasos en los que el agua ni siquiera ha tocado.
Vivir sola, estudiar fotografía, amar sin cortapisas, vivir conforme a lo que soy y lo que pienso; dejar que la gente que está cercana haga trizas mi imagen y se la meta por dónde le quepa. Me gusta más cuando mi buena amiga Lilionquis me dice si estoy contenta que cuando me dicen que bravo por mis pendejadas... Los extraños me toman confianza y yo ya no me fío de nadie... Contradicciones o mensajes de la vida que me dice que hay daño sólo dónde piense que lo puede haber.
Me confronté y he logrado que mis ideas redunden más en mi que en aquellos a los que convencí de la fuerza, de la responsabilidad y de la entereza que no, no tengo para nadie ahora...
Pensar en decidir y decidir. Pensar que puedo con ello y que no hay de qué temer. Pensar que si no me gusta, puedo irme. Puedo moverme y que sola, sin que nadie me ayude, no habrá de suceder... Que los viajes vendrán, que los días no se quedan y que a mí, los 35 me deben un regalo de cumpleaños con cara de independencia y egoísmo.
Una mujercita que ilustró un momento de su vida y yo creo que me va bien ese dibujito: http://tipika.blogspot.com/
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