"No huyas de mi cuando me acerco. Mi cable no llega hasta donde tú estás".
Hoy no hay vuelta de hoja: usamos la tecnología para nuestro bien o nos come. Ah, pero eso sí, no nos escondamos, caray! Con la computadora, el IPod, el celular y sus mensajitos, el correo, el black berry, la pocket; etc, etc, no se puede! Si unimos los miedos que la gente de por sí tiene y le aunamos los escudos tecnológicos, nos cuesta más trabajo llegar al verdadero corazón de las personas.
Pienso que el messenger es fantasía. Así de simple. Sucede como cuando leemos un libro: Nuestra mente le pone el color al vestido de la protagonista aunque el autor nos lo pinte de azul, de seda y lleno de encaje en la orilla... Pasa con las canciones cuando ponemos atención a la letra: Nos emociona sentir que dice una verdad, que acompañan esas letras nuestra propia verdad.
Entonces, el messenger tiene el poder que le queramos poner a nuestras fantasías. Tanto queramos ser con alguien, tanto más poder le concedemos.
Y la situación se torna complicada porque ya nos acostumbramos a esa persona y sus palabras. No a sus actos que pueden, es más, son sumamente contradictorios cuando los ponemos en la vida real. Ya aquí no nos atrevemos, ya no pensamos, ya no sentimos, ya nos ponemos nerviosos, ya nos escondemos... ¿Qué raro, no? Hace rato, de frente a una pantallita, somos los más valientes, los más entrones, los más audaces...Los más locos y los más aventurados. Nadie quiere perder su cacho de vida real por más atractivas vidas virtuales se presenten.
¡Yo hasta he bailado con alguien y me ido de viaje. También me he sentado a tomar café y a llorar mis penas con una cerveza en la mano! Pero como no me acostumbrado a que el teclado toque la música ni a que sea el ratón de la computadora quién me mire con ojitos vidriosos, mejor apago mi máquina y me voy a vivir allá fuera.
Y afuera significa donde están las emociones fuertes...¿Saben por qué? Porque están los besos que me hacen vibrar, las caricias que no cambio por nada, la pasión de una rica salsa; lo frío de mi cerveza, lo tonto y lo aburrido pero lo vivido y lo cercano...
Mi computadora es cuadrada y pesada, con ella no puedo bailar. Me da el avión bien bonito porque sólo escribe lo que yo quiera; sobretodo, sé que quien está de aquél lado es el Santo enmascarado, el Batman de voz sexi; el ángel sin alas, el Brad Pitt sin su Jolie; pero no es ni mi sueño ni mi posibilidad real...
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