DEJARSE CONOCER

¿Saben?

Uno puede ir por la vida siendo uno. Así, muy campante y con la frente muy en alto. Pero cuando hay alguien en tu vida, alguien que no es ni tu hermana ni tu mamá; es complicado dejarse ver en los ojos de esa persona. Nos sorprende que nos digan que hacemos tal o cual cosa y nosotros ni enterados. ¡Cuán acostumbrados estamos a ser los mismos de siempre!

Y, entonces, caes en la cuenta de sí puedes modificar ciertas conductas. Puedes abrirte un poco más y saber que no pasa nada si actúas en ciertas cosas de manera diferente a como lo has venido haciendo.

Leía ayer un libro de Jorge Bucay ayer mientras esperaba que me trajeran uno que había pedido. Se llama Amar con los ojos abiertos y decía que todos, al final, buscamos lo mismo y, ¿saben a qué se refería con "lo mismo"? A que todos buscamos que nos amen. Por eso no es tan difícil hacerse entender y que entender al otro si la premisa es darse unas cuantas gotas de tolerancia y paciencia. ¿Cuántas cosas nuevas y chidas no trae el tiempo?

Lo que uno gasta en energía en ver lo que el otro no nos da, podría ser utilizado en agradecer lo que sí nos da y en saber cómo podríamos pedir lo que necesitamos.

Puede darnos miedo ser nosotros mismos, como dice él, por temor a ser rechazados o hechos a un lado por cómo somos. Y la paradoja viene cuando es solamente por ser como somos que la otra persona decidirá quedarse. Entonces, mejor ser uno mismo trabajando sobre cómo ser, también, una mejor persona para quien te está conociendo. Fácil? Carajo, no! Pero cuando las aguas amainan, cuando la intolerancia y cerrazón se van a dormir, es cuando sabes que podrás...

Cuando se habla, cuando realmente se habla desde el fondo del corazón y se tiene una finalidad similar, creo que es cuando te estás dando la oportunidad de ir por el camino con alguien. A final de cuentas tiene razón el Bucay: todos andamos buscando amar y que nos amen.