enero 24, 2008

¿EL MUNDO SERÁ DE LOS POBRES ALGÚN DÍA?


Ilusa. Lo soy.

Cuando iba al CCH, pensaba en irme a trabajar a la sierra tarahuamara, ayudando en problemas de salud y educación de la comunidad. Sería el comienzo de una ayuda generosa que muchos más haríamos para que esas poblaciones no sufrieran de hambre, frío, educación y salud... ¿Estaba equivocada?

Primero, decidí estudiar una carrera que no parece, en el simple análisis, una profesión muy cercana al bien social, y no, creo ahora que aunque busque razones para ello, hubo más una necesidad de ser vista por los demás a que no se notara mi presencia, aunque esto finalmente ayudara al otro.

Luego, a años más en mi vida, percibo que ahora no quiero ayudar a nadie. Sólo me quiero ayudar a mi misma y en eso, me quedo a deber muchas veces. Se me olvidó ayudar monetaria o laboralmente, pero no a ser congruente con mis ideas.

Uno luego anda dando lo que no tiene y en mi caso, veo que la pobreza no sólo es falta de alimento o de casa; es la falta de una estructura que pueda, como en países más pobres (Cuba, por dar un ejemplo) dar acceso a programas de salud, educación y vivienda para todos.

Siempre he pensado que los políticos pueden seguir robando pero que no sean manchados! Que dejen algo para que la gente de verdad pueda tener la posibilidad de una vivienda, de ir al doctor por enfermedades prevenibles o curables; para ir a la escuela, carajo!!

Hoy leo en el periódico que el novio de la hija de EllocoVicente, le regaló a ésta un yate. Se pregunta la columnista de dónde salió para que un empleado como él, regale tremenda cosa y, al final, deja como duda el famoso "¿quién pompo?"... Y cuando leo esto, puedo decir que, ¡orále, comprense un yate pero si hay tres tipos: el barato, el medio y el superdelujo, pues cómprate el de enmedio y deja un poco para que haya lana y se pueda destinar a programas de salud pública o educación!!!


Pero lo que digo es una tremenda estupidez porque a nadie le importa el bien del otro, si antes yo no lo tengo primero. Aquí nadie da nada sin asegurarlo para si antes. Es un fondo cultural y generacional que cada vez va empeorando pues los adolescentes y niños de este tiempo, según un estudio realizado, han aprendido a vivirse solos, a disfrutarse solos, sin compartir nada; pues la mayoría de los padres de ahora, han decidido tener sólo un hijo. ¿Con quiénes te enseñas a dar? Con nadie. La inseguridad lleva a los padres a encerrar a sus hijos dentro de sus casas dónde no podrán nunca ver qué es lo que pasa más allá de sus habitaciones.


Sino me importa ayudar a mi vecino, a alguien que se cayó en la calle o se le ponchó la llanta de su auto o busca una dirección; que me va a importar que el agricultor se vaya a quedar en la ruina por la libre importación de maíz (trasgénico la mayor parte, de ese que en otros países se le da a los puercos) o que el productor de leche prefiera echar al caño su producto debido a los precios que quieren pagarles.


Yo creo que no, que el mundo seguirá siendo de todos. Nadamás que la buena tierra, esa queda para ser repartida entre quien se la arrebata, la mal compra o abusa de quienes han sido los dueños o los que las han trabajado por generaciones enteras...


Hoy definitivamente la cultura de compartir y de procurar para todos, no está de nuestro lado...

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