Necesades para una vida:
Aferrarte a un amor. A una persona que sabes bien te está haciendo añicos el corazón.
Estrujarte el cuerpo sabiendo que la naturaleza lo ha hecho fláccido y la genética, sutilmente frágil.
Aporrearte la mente fantaseando que estás por debajo de las ideas de alguien, de las expectativas de alguien, de estar por debajo de ti mismo en cuerpo, alma y corazón.
Frustrar tu vida al enterarte que no eres lo que los demás esperaban... Y que ni ellos mismos sabían que te andaban pidiendo.
Observarte como un ajeno a tus propios deseos.
Amar con locura y darte cuenta que, más lúcido, no te enamorarías de esa persona.
Levantarte un viernes y sacudirme la modorra, la sensación de desvalidez y la automática postura de víctima universal.
Hoy no se piensa. Se goza....
* Fotografía de Francisco Martin Cobos
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