De él vengo y a él me parezco.
Antes odiaba lo anterior y lo odiaba a él.
Sé ahora que soy obra de él y de mi madre y que eso no lo puedo cambiar.
El año pasado mi Pan se nos fue y se quedó solito.
He tenido una dura prueba para darme cuenta que la culpa me pone zapatos más pesados. Por eso, eché la culpa al caño y me puse a hacer mi vida como la iba sintiendo. Que bueno que ahora pueda decir que lo mejor es estar cuando se quiere estar y que uno se acostumbra a todo, menos a no comer!
El Chiks y yo somos espejitos y jarritos de Tlaquepaque y así nos vamos a morir algún día.
Pero hoy él y yo estamos aquí y ando cooperativa con el año, por eso digo que mejor le pellizquemos una nalga a la vida y nos ríamos.
Esa ambivalente y contradictoria relación Padre-hija, la componemos día con día.
Y sí, hay más días en que estamos más contentos y sé lidiar más con él a pesar de su necia manera de ver la vida y sus ojos y pensamientos críticos hacia lo que hago y no le gusta.
A veces pienso que mi madre se fue para conseguir una mejor relación con mi padre. Je je! Cosas que pienso! Chales!
En fin!... El tiempo nos compone y cuando así lo dice mi corazón, me gusta estar con él.
Siempre habrán cosas que me desagraden profundamente, pero este es mi viejo y le quiero.
1 comentario:
Yo me llevo muy bien con mi hija y me llevé bien con mis papás, pero en general las relaciones padres-hijos son difíciles, lo bueno es que casi siempre existe un lazo de unión que se hace evidente en los momentos cruciales.
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