Yo llego y me planto.
Se me olvida que tengo miedo y que he llorado.
Me ve la vida y vine y me felicita.
Sacudo mis temores y los dejo que se vayan con el viento.
Conquisto mundos, lo aseguro.
Me creo que puedo y que no vale la pena guardar en mi corazón ideas que de tanto machacarlas, se han echado a perder y huelen mal.
Suspiro y me acomodo para que me dé un sol más rico.
Sino hay, ya habrá. Yo me sigo moviendo para ello, pero con más calmita.
Dejo que salgan en mis sueños, todo aquello que no me puedo decir de frente.
Hoy, casualidad, me regalo un día para mi. Aunque sea de todos los que con miel en los brazos, se estiran hacia la superficialidad. Hoy namás es mi día.
Ajúa! Baja la marea y me gusta que haya arena y buen clima para detener mi prisa un poco y meterme al agua.
Bien, pues otra vez por aquí.
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