Que el Chiks ronque. Eso quiere decir que vive. Y darme un cariñito para tener un buen día.
El sol llegador de mis mañanas trepada en un microbús. El muy coqueto me persigue hasta que entro al antro de vicio donde trabajo. Me gusta que se suba al cielo y se prenda hasta quedar amarillo huevo!
Contar parejas felices en el metro y mi camino. De mi casa al trabajo: 4!
Abrir oraciones y decirlas. Así nomás.
Dar el primer paso después de una tarde y noche estressante. Dejar bien claro que la tensión dentro de mi barriga sólo me va a ocasionar desasosiego. Que pasen las cosas porque de todos modos pasarán.
Saber que la verdad, al final de mis días, será lo que me rija.
De repente darme cuenta que la vida sigue, con o sin, sigue y yo estoy trepada en este tren. Leer que todos los días es un nacimiento. Uh!
Empezar a estructurar estrategia de vida. Esa, aquella que me ha de salvar, incluso de mi misma...
Y apenas son las 8:51
*zaz! No me acuerdo de quién es esta ilustración. Pero de alguien talentoso es, sin duda.
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