diciembre 30, 2008

Y bueno, hasta el 2009!


Hoy es el último día laboral del 2008.... y debo recordar que estos últimos días, sí supe lo que es trabajar, eso o que soy bien aprehensiva...

No me llamó el del programa de radio o estaba muy buena mi idea y se la agenció. Por eso no confio luego en las voces bonitas. Jo-jo-jo. Yo no sé esperar pero esa llamada llegará...

Tengo como tres amigos menos y no me gusta mucho socializar... No me da gusto andar llamando y buscando y menos organizando. Ya me cansé de hacerlo, lo hice mucho tiempo y ya hace un buen rato que me quité el título de relacionistapúblicoquequierequedarbiencontodos.

Recordaré que este año me fui de la casa paterna y que esto ocasionó un remolino de movimientos para que, exactamente, nada quedara en su lugar. También recordar que pude decir un sábado por la mañana que es excelente vivir sola. Yo puedo contra el mundo.

Que no he logrado y quiénsabe si pueda, zafarme de mi alter ego llamada jefa. La traigo encima dice Mi conejo y sí, no se me hace justo lo que pasa y creo que eso ahora me da la posibilidad de no estar mirando todo el tiempo este asunto. Hay cosas con las que uno no puede lidiar, y a mi lo injusto nunca me pasara de largo. Sigo creyendo en que las cosas siempre pasan por una razón y que la verdad, al final cae por su propio peso.

Mis dolores de cabeza de últimas fechas no tienen que ver con subir mis orgasmos a la misma, sino en subir tanta idea a la cabeza, ideas que al final de cuentas, son de dinero, de trabajo o de pendientes. Ya basta.

Aprender a respirar. Eso es lo que haré y andar en bici. Lo juro por Dios que me mira.

Yo ya no hago propósitos ni tengo deseos absurdos. Que la vida me preste vida y que Dios esté ahí cuando me dé miedo o cuando ya no pueda ni gritar.

Uno aprende cuando está de amores con alguien. Yo sí digo que este año fue de hartísimo aprendizaje. Y que lo siga siendo.

Extraño a mi mamá de un modo en el que sé que está muerta y que no ha de regresar nunca más. Lo sé y lo escribo. No me parte ya el alma el que se haya ido. Creo que ella vivió y sufrió y gozó y tuvo y no tuvo. Es mi turno ahora de vivir y de que me sirva su muerte para saber que sino se disfruta, se acaba.

Me encierro en mi misma. En eso estuve este año y quiensabe si decida salir al otro otra vez. Yo soy de extremos pero ya veremos.

Me atosiga el ahorro y las finanzas. Porque sé ahora lo que es ser responsable en todos sentidos de mi misma.

Algo maravilloso y significativo que me pasó es que mi sobrino Edús me sacó a bailar una pieza por vez primera en su vida, en una fiesta en la fue chambelán. Este recuerdo lo llevaré conmigo toda mi vida.

Mi familia y yo pertenecemos a esa clase de familias que se descomponen, se vuelven a componer, se alejan y se acercan; se chismean y se atrincheran. Ya no quiero una familia de la tele.

Suspiro y digo:

QUE EL AÑO QUE VIENE SIGA YO ESCRIBIENDO QUE LA VIDA ME DA Y ME QUITA, QUE SUBO Y QUE BAJO, QUE ESTOY Y DESAPAREZCO, QUE ME ENFRENTO Y ME ACOBARDO, QUE GANO Y PIERDO, QUE HAGO Y NO HAGO... QUE ME DESPIERTE EN LO QUE DEBA HACERLO Y QUE DEJE ESCAPAR LO QUE ATRAPO CON TANTA FUERZA.
La ilustración es de alguien pero no recuerdo de quién. Que sea mi regalo de año nuevo. jejeje!

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